DISCURSO DEL SECRETARIO GENERAL DE LA OEA
JOSÉ MIGUEL INSULZA, 26 febrero 2008
UNIDOS CONTRA EL CRIMEN Y LA VIOLENCIA
No puede extrañar a nadie que los temas vinculados con la violencia y el crimen se sitúen hoy por hoy en el centro del debate ciudadano, pues actualmente la criminalidad es uno de los principales problemas que enfrenta la gobernabilidad democrática en nuestro continente. Se trata de fenómenos que afectan a la sociedad en su conjunto, pero especialmente a los más vulnerables, pobres y excluidos. Por otra parte, el costo económico, político y cultural que implican los altos niveles de inseguridad retarda los efectos positivos de políticas de inclusión y protección social, golpeando nuevamente a esos sectores más vulnerables.
La situación ha alcanzado tal gravedad y complejidad que he propuesto la realización de la Primera Conferencia Ministerial sobre Crimen y Violencia en las Américas, que se realizará en octubre próximo en México. La conferencia deberá constituirse en el referente técnico y político para el hemisferio en estas materias, con reuniones periódicas que aborden la totalidad de los temas concernientes a la seguridad pública. A partir de ella esperamos poder coordinar iniciativas de trabajo concreto vinculadas con legislación, información, capacitación policial, comunicación, tecnología y aquellos tópicos necesarios para alcanzar el éxito en la tarea de prevenir y combatir colectivamente el delito y la violencia en nuestra región.
No es el primer esfuerzo realizado por la OEA en este campo, pues la organización ha jugado un rol importante en la coordinación del trabajo con instancias hemisféricas en áreas específicas y focalizadas como el combate al tráfico de armas y drogas, el crimen organizado, la corrupción y la violencia doméstica. Sin embargo, debemos reconocer que la naturaleza del problema requiere no sólo propuestas integrales, sino una mayor coordinación que permita afianzar perspectivas comunes y respuestas efectivas.
Con ese objetivo estamos realizando variadas actividades encaminadas a mejorar la seguridad pública en el hemisferio. Como estamos convencidos de la necesidad de fortalecer las instituciones policiales mediante una mayor profesionalización e intercambio de experiencias positivas, hemos firmado acuerdos con cuerpos policiales de la región en materias concernientes al entrenamiento en técnicas modernas de gestión e investigación delictual, formación y trabajo estratégico.
Mejores policías servirán sin duda para aumentar la calidad y efectividad de las políticas de seguridad, pero no son suficientes: es necesario contar también con el aporte de la sociedad civil y los conocedores de la materia para avanzar en mejores políticas en otros campos además de la aplicación de la ley y especialmente en el de la prevención. Por ello estamos realizando también reuniones que congregan a los más reconocidos expertos académicos en el problema de América Latina y el Caribe, con el propósito de generar análisis, sugerencias y proposiciones prácticas y de políticas que orienten nuestras actividades y las de las autoridades competentes. En el futuro próximo, además, esperamos poder congregar y escuchar a representantes directos de la sociedad civil, cuyos testimonios y experiencias transmitiremos al conjunto de los organismos estatales responsables del tema en la región.
A nivel gubernamental hemos consolidado la labor de los organismos hemisféricos de coordinación, impulsando agendas de trabajo concretas en diversas partes del hemisferio para consolidar la lucha contra el tráfico ilícito de drogas, armas de fuego, la trata de personas y el lavado de dinero, entre otros temas. Durante la semana que acaba de terminar celebramos en México dos importantes reuniones: un seminario para capacitar a jueces, policías y fiscales en el enfrentamiento al lavado de dinero y una importante conferencia sobre tráfico de armas. Nuestra preocupación por la crisis carcelaria se materializará próximamente en una reunión de autoridades para promover propuestas innovadoras de mejora para los sistemas penitenciarios de la región, así como para reconocer los desafíos en la temática. En este proceso, la séptima Reunión de Ministros de Justicia de las Américas, que celebraremos este año en Washington, permitirá consolidar una agenda de trabajo conjunta para enfrentar la percepción de impunidad y desconfianza presente hoy en muchos de nuestros países.
Es necesario insistir en la importancia y gravedad de la situación que afecta, en este campo, a todos los países de nuestro continente, sin excepción. Se trata de problemas que han terminado por constituirse en la principal amenaza para la estabilidad, el fortalecimiento democrático y las posibilidades de desarrollo. No es, sin embargo, un problema que no podamos enfrentar y superar. Sólo necesitamos mantenernos unidos y coordinados, trabajando juntos los gobiernos, la sociedad civil, los organismos internacionales y la academia. De esa manera derrotaremos la amenaza del crimen y la violencia en nuestra región y daremos un gran paso en la conquista de una mayor estabilidad y bienestar para todos nuestros ciudadanos.
EL PROGRAMA UNIDOS CONTRA EL CRIMEN ES MUY EXCELENTE PARA LA CIUDADANIA EN LIMA Y PROVINCIAS DE TODO EL PERU
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